sábado, 10 de noviembre de 2018

Nunca Lo Pediste Por Reyes #6: Wells & Fargo


A buen seguro que había más de un aficionado a las películas del oeste en Topo Soft, pues como bien sabéis, Wells & Fargo no es el único programa de esta temática que publicaron. Aunque convendréis en que su hermano temáticamente hablando, Desperado, es mucho más conocido y renombrado en la actualidad.

Wells & Fargo sitúa la acción en plena conquista del oeste, cuando los caminos eran dominados por bandas de malhechores y los indios acechaban desde lo alto de un risco. Una época en la que el ferrocarril todavía era una quimera y por eso la única forma de atravesar cientos de kilómetros de tierra desierta era jugársela en una diligencia y rezar lo que supieras.


Tras sufrir numerosos asaltos en la línea que comunicaba el este con el oeste, la compañía Wells & Fargo ha decidido dar a los cuatreros un poco de su propia medicina: nada mejor que contratar a Bob Malone y Rarri Long (dos antiguos pistoleros reconvertidos en agentes del gobierno) para proteger sus diligencias y a sus pasajeros durante tan largos viajes.

Así empieza un juego que arrastra fama de ser difícil no, lo siguiente. Y a fé que lo es, pero con matices. Jugar en solitario a Wells & Fargo es sinónimo de muerte instantánea. ¿Por qué? Porque está pensado para jugar a dobles. Sí señores, un juego de 1988 con multijugador cooperativo local. ¡Toma ya! Dado que hay que manejar a los dos protagonistas, si juegas tú solo tendrás que alternar entre mover a un personaje o al otro. Uno de ellos se encarga de dirigir el carruaje evitando balas y baches del camino, mientras que el otro subirá al techo de la diligencia para disparar desde allí. Y como no se puede estar a la vez en misa y repicando, si juegas solo y te pones a disparar con uno de los personajes, la diligencia se zampará los obstáculos del terreno, y si optas por esquivar zanjas y agujeros te acribillarán sin remisión. Lo dicho: ¡muerte instantánea!

No quiero decir que jugando dos personas esto vaya a ser un paseo, pero sí rebaja bastante la dificultad, sobre todo si hay buena compenetración entre los dos jugadores y el más hábil de los dos se pone a las riendas, pues éste tendrá la doble responsabilidad de no pisar los baches y de situar el carromato en una posición adecuada para que su compañero disponga de blancos a tiro.

¿Eso que tengo a la altura de la cadera es una bala?
Wells & Fargo tiene múltiples detalles. Por ejemplo, si alguno de los personajes muere, uno de los pasajeros saldrá de la cabina para ocupar su lugar. Claro que si los cinco viajeros también son abatidos te quedarás con un último superviviente alternando entre riendas y techo de la diligencia en un desesperado intento por atravesar los cuatro niveles que tiene el juego. Lo adivinaste: ¡muerte instantánea de nuevo!

¡Muerte instantánea!
También hay que tener un ojo puesto en el medidor de estado de la diligencia, pues a medida que pases sobre zanjas, baches y obstáculos su resistencia irá disminuyendo. Aunque tranquilo, ¡es complicado llegar a cargártela porque casi con todas seguridad morirás antes por un disparo! La única manera de evitar las balas es agacharte, teniendo en cuenta que desde esa posición no podrás disparar. Pero si a pesar de todo logras conducir la diligencia hasta el final del trayecto al menos podrás disfrutar de una última escena final como recompensa. Un detalle que se agradece, ya que desgraciadamente eran muchos los juegos que terminaban con un soso mensaje y nada más.

Si te animas a jugarlo sigue nuestro consejo y busca un amigo. ¡Ya nos contarás qué tal os fue!

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