viernes, 12 de febrero de 2021

Super Ordenadores De Ayer

 ¿Quién no tiene en mente hoy día la imagen de una sala llena de torres y torres de circuitos integrados con lucecitas por todas partes y, parafraseando a nuestro querido William Shatner en Aterriza como Puedas 2, “que se apagan y se encienden, siii, que se apagan y se encienden, no lo aguanto, ¡¡no lo aguanto máaaas!!”. Bromas aparte, hoy me voy a centrar en varios de los superordenadores más conocidos y los vamos a comparar en términos que podamos aplicar a nuestros aparatos cotidianos.

Hay que tener en cuenta que la mayoría de los superordenadores siempre han tenido y tienen un uso muy diferente al que nosotros damos a nuestros móviles o PCs actuales. Generalmente se dedican a la investigación al más alto nivel (grandes corporaciones, gobiernos, bancos, universidades, centros de investigación y desarrollo, etc.) así como en el campo de los cálculos y diseños necesarios para los programas espaciales actuales. Precisamente es por esto que las pruebas de rendimiento o benchmarks comparativos no son sencillos de comprender, ya que usan parámetros muy diferentes. Aun así, comparten varios de esos parámetros. Me voy a centrar exclusivamente en sus velocidades, capacidades de cálculo y procesamiento para simplificar al máximo.

Los superordenadores que voy a nombrar aquí no son los primeros, ni mucho menos, pero sí que son los que más se acercan a la estructura central de los terminales actuales, es decir, una CPU (Unidad Central de Procesamiento), una GPU (Procesador Gráfico) y un OS (Sistema Operativo) que nos permite comunicarnos y transmitir instrucciones. ¡Empezamos!

El CDC 6600 data de 1964 y su creador, Seymour Cray, es una leyenda en el campo de la supercomputación. Esta “bestia “ de la que la foto que veis bajo este párrafo únicamente muestra el terminal de acceso principal, tenía la friolera de unos 400 mil transistores y necesitaba más de 160 Km de cableado interno en una maraña infernal que se calentaba a la mínima y precisaba toda una planta refrigerada con fluorocarbono 12 para su correcto funcionamiento, ¡ahí es nada!

Alcanzaba la nada desdeñable velocidad de procesamiento de 10 MHZ, siendo capaz de llegar a los 3 millones de operaciones de coma flotante por segundo, o lo que es lo mismo, 3 Megaflops. Este último dato es muy interesante puesto que actualmente estamos hablando de capacidades de Gigaflops (1000 millones de operaciones de coma flotante por segundo), Teraflops (mil Gigaflops) y Petaflops (aquí vais a flipar, mil billones, sí, de operaciones de coma flotante por segundo) Por ejemplo, el superdordenador actual FUGAKU, considerado a día de hoy el más potente y rápido del mundo, tiene una capacidad de cálculo de 415 Petaflops, aproximadamente, unos 415 mil Teraflops. ¡Increíble!

Los cálculos de coma flotante, resumido de una manera muy somera, son los cálculos que se establecen como estándar en el campo de la computación, a diferencia del uso de las anotaciones o cálculos de coma fija que se quedaban muy limitadas en el número de cantidades que era posible representar en binario (el idioma de ceros y unos de los ordenadores).

Volviendo al CDC6600, sus 3 megaflops de capacidad de cálculo palidecen por ejemplo con el Iphone5S, hoy considerado un ladrillo anticuado, pero cuya capacidad de cálculo es de 76,8 Gigaflops a 1,3 Ghz. El primero costaba en su día unos 2 millones y medio de dólares (unos 19 millones haciendo el ajuste a la equivalencia actual), mientras que el Iphone5S salió a la venta por unos 700 euros aproximadamente.

Nuestro siguiente aparato es el CDC 7600. Un digno sucesor del 6600 anterior. En la foto de abajo puedes ver a los técnicos trabajando en el 7600. Su capacidad de computación triplicaba al 6600, y muchos de sus componentes y diseños internos son aún hoy estándar en las estructuras de los sistemas actuales. Podía llegar a los 36 Megaflops de capacidad de cálculo: cerca de 40 Mhz en comparación.


Seguimos con nuestra lista de afamados superordenadores con el Cray 1. Uno de los más conocidos de la historia y relativamente reciente, 1976. Su precio oscilaba entre los 5 y los 8 millones de dólares de la época y se llegaron a vender unas 80 unidades. Como curiosidad, era de los primeros en llevar circuitos integrados en sus “tripas”, y un procesador exclusivo de vectores, alcanzando  la “tremenda” velocidad de cálculo de 80 Mhz , todo un mamut de la época. Por cierto, fue el ordenador que usaron los estudios de Disney para la creación de los gráficos en la película TRON. ¡Solo por eso ya merece la pena conocerlo!

En la foto sobre estas líneas puedes ver la planta entera que ocupaba este mastodonte con su característica forma de torreta y basamento. Estas formas serían comunes en los siguientes equipos Cray X y Cray 2.

El sucesor de tan revolucionaria máquina no fue otro que el conocido Cray X-MP.  Lanzado 6 años después, en 1982, esta joya contaba con una capacidad de 800 Megaflops repartidos en cuatro CPUs. Una memoria de 128 MBs y 117 Mhz de procesamiento, junto con la asombrosa capacidad de almacenamiento en discos magnéticos de casi 40 Gbs. Este fue el ordenador que se utilizó en la película El ultimo StarFighter donde todos recordamos aquellas naves espaciales hechas por ordenador que nos hicieron soñar que alguna vez seríamos reclutados por nuestras habilidades con los ordenadores en alguna cruzada espacial para salvar la galaxia de malvados alienígenas. Nunca sucedió, yo sigo esperando… En la siguiente foto se muestra el cuerpo central del ordenador junto con el equipo que participó en su creación.

Como era de esperar, el Cray-2, lanzado en 1985 superaba con creces a su antecesor y establecía un nuevo record en la industria. Esta vez el pico de cálculo alcanzaba los 244 MHZ, toda una proeza que llevaba asociada la eterna lucha contra el calentamiento de la máquina. En términos de capacidad de computación se llegaron a medir casi 2 Gigaflops. Esa lucha para poder refrigerar el equipo llevó a los desarrolladores a crear un sistema de refrigeración por líquido. El diseño era muy visual: ¡podía verse el líquido burbujear en su momento de mayor trabajo! Esto le valió el apodo de “Bubbles” (burbujas en inglés). Como curiosidad, y haciendo las comparaciones pertinentes, el Ipad2 de 2011 tenía la misma capacidad de cálculo (un poco más de 2 gigaglops), con la salvedad de no necesitar una planta entera para funcionar, ¡y tampoco costaba la friolera de 8 millones de dólares cuando salió a la venta!

Aquí puedes ver un Cray-2 con su sistema “burbujeante” de refrigerante líquido transparente característico, junto con la unidad principal:

Pero en esta batalla por las velocidades y capacidades de computación no podemos ignorar lo que sucedía al otro lado del telón de acero. De hecho fue un ordenador ruso, el M-13, lanzado allá por 1984, el primero en superar la barrera del Gigaflop, siendo además, aunque por un periodo muy corto de tiempo, el ordenador más rápido del mundo hasta el momento. De hecho, su pico alcanzó los 2,4 Gigaflops. Helo aquí, al menos la parte correspondiente al terminal del operador:

Uno de los favoritos del gobierno de EEUU fue el TMC-CM5. Este ordenador se acerca mucho a la imagen que todos tenemos de esas salas futuristas de lucecitas y paneles iluminados. Casi podemos ver a algún agente de la KGB o de la CIA andando por sus intrincados pasillos mientras trata de robar algún importante secreto de estado. De hecho, su imagen aparece en varias series de TV americanas de finales de los años 80 y principios de los 90. También podemos verlo como equipo principal de fondo en una de las escenas de Parque Jurásico. Toda una maravilla tecnológica de la época. Para hacernos una idea, lograba alcanzar los 59,7 Gigaflops, no obstante muy lejos de los 142 Gigaflops que es capaz de alcanzar el ya obsoleto Samsung Galaxy S5 de 2016...

En la siguiente imagen se muestra el TMC con su clásico color rojo. Y después verás el plano de la película de Parque Jurásico justo en la escena en la que deben reiniciar el ordenador para poder tener de nuevo acceso a los teléfonos y a los sistemas de seguridad.



Pero no solo ha lo verás en Parque Jurásico. En estas dos fotografías ver el TMC en varias secuencias de la película de La Mosca II de 1989:


Quisiera hacer un pequeño paréntesis con otro de los conocidos por todos. La famosa DEEP BLUE que llegó a derrotar al mejor ajedrecista del mundo Garri Kasparov allá por el año 1997. Esta impresionante máquina “únicamente” llegó a los 11,38 gigaflops, muy lejos de los 142 del Samsung S5. Pero este ordenador merece un punto aparte y será comentado en otro momento, quizá en su propio artículo.

La pregunta es en qué momento comienzan los superordenadores a separarse de nuestros móviles y tablets. Dónde se encuentra ese punto donde la capacidad de computación y memoria se vuelve a separar para darnos cifras de vértigo. Pues bien, esa franja se establece con el INTEL PARAGON XP/S140 lanzado en 1994. Por encima de los 143 gigaflops, superando al Samsung Galaxy S5 por muy poco. No obstante, desde ese momento, y sobre todo a partir de los primeros años 2000, la mayoría de los superordenadores miden sus capacidades en Teraflops y Petaflops. Sinceramente, ¡se me va de las manos!

En esta foto el Paragón da bastante miedito, la verdad, y uno no deja de imaginarse a un Skynet tomando forma en las tripas de semejante terror tecnológico:

Como podéis ver, el mundo de la computación, y con la ley de Moore mediante, no deja de avanzar a velocidades vertiginosas. Si a eso añadimos el desarrollo de la tecnología cuántica, en el futuro podemos ser testigos de la aparición de máquinas realmente inteligentes capaces de logros maravillosos que aún hoy no soy capaz de imaginar, y aunque la sociedad tienda a ser pesimista al respecto, mi idea sobre el futuro de la computación dispara mi imaginación hacia fronteras increíbles que espero poder ver algún día. Hasta el infinito y más allá. Y ahora, ¡voy a enchufar mi Atari 2600!

Twinsenspock.