Tenía unas enormes ganas de hincarle el diente a Génesis, así que cuando hace un mes lo recibí, mi ilusión era casi tan grande como la decepción que siento ahora mismo. Soy consciente de que los análisis que se han escrito hasta el momento son francamente buenos, y debido a ello, esta entradilla va a sorprender a más de uno. Por eso he creído conveniente empezar con la conclusión para que nadie se llame a engaños. Así comprenderéis perfectamente la idea que quiero transmitir, que es la siguiente: un diez para los autores y para el libro propiamente dicho, pero un cero para la editorial. Dicho esto, paso a relatar mi experiencia con el objetivo de que nadie más tenga que sufrirla.
Decidí adquirir el libro a través de la web
de la editorial Héroes De Papel porque se comprometían a enviar junto al libro 9
pegatinas a modo de extra con algunas de las portadas de los juegos que se abordan a lo largo de sus páginas, ¿y a
quién no le gustan este tipo de “chorraditas”, máxime cuando no las puedes
comprar en la papelería de abajo? Como en el momento de hacer el pedido me
encontraba de veraneo en el pueblo les facilité la dirección de mi domicilio en el mismo para
hacer el envío. El libro llegó en pocos días y lo recogió mi suegra (que
era quien se encontraba en casa en aquel instante). Cuando llegué y vi el
paquete me pudo la emoción, así que abrí el sobre dispuesto a empezar la
lectura cuanto antes para escribir aquí una reseña, que en aquel momento esperaba y suponía
que sería absolutamente positiva.
Entonces llega la primera decepción: en el
sobre sólo está el libro, ninguna de las 9 pegatinas prometidas. "Bueno", pensé,
"un error lo puede cometer cualquiera, seguro que lo solucionan". Entonces
empiezo a hojear el libro y encuentro que el pegamento del lomo está mal
repartido... por lo tanto, el libro viene medio despegado y con restos de
pegamento seco en la primera hoja. Sigo pasando páginas y descubro que también hay
manchurrones de tinta en algunas otras.
Lomo despegado y restos de pegamento (1) |
Visiblemente decepcionado, pero bajo el
convencimiento de que estas cosas pueden pasar y existen soluciones, me pongo
en contacto con la editorial vía e-mail. Ellos, muy amablemente se ofrecen a
hacerme llegar las pegatinas y un nuevo libro a cambio del defectuoso. Acto seguido les
agradezco la rápida solución y les explico que ya no estoy de vacaciones, por lo
que les doy la dirección a la que deben hacer el envío, ya que el libro
defectuoso ya no se encuentra en el pueblo. Incluso les pregunto si saben si
el reparto se hará por la mañana o por la tarde para dejar el libro en la portería
si no estoy en casa. Nadie me contesta.
Manchones de tinta |
Al cabo de un par de días me llama mi suegra extrañada
para contarme que ha ido un repartidor a dejar un nuevo libro, pero que al no
estar el defectuoso allí, se ha marchado sin dejarlo. ¡Vaya, hombre! Envío otro
e-mail a la editorial y de nuevo con mucha amabilidad aseguran que enviarán el
libro a la dirección correcta. Vuelvo a preguntarles acerca del horario de
reparto para dejar o no el libro en la portería, y de paso, si tienen pensado sacar
una edición digital, ya que era una duda que tenía Sergio. Nadie contesta
a lo uno ni a lo otro.
Pasan unos días y no aparece repartidor
alguno, el portero (a quien estuve mareando todas las mañanas dejándole el libro) tampoco sabe nada, y en mi buzón no hay ningún tipo de
aviso. Escribo un nuevo e-mail explicando que no he tenido señales del
repartidor, y exactamente 10 días
después de no haber recibido ninguna comunicación por parte de Héroes De Papel me encuentro escribiendo esta entrada en el blog tras lo que creo que es un tiempo
más que prudencial para realizar el cambio del libro.
Manchas de tinta en la esquina superior izquierda |
En resumen: sigo sin pegatinas y con un libro
defectuoso, y tan hastiado de la situación que no enviaré ni un solo correo
electrónico más. Como dije al comienzo del artículo, entra dentro de lo posible
que un libro contenga defectos de fabricación... son cosas que ocurren ajenas a la intención del fabricante, pero
también considero que una empresa debe dar soluciones eficaces ante los
inconvenientes que inevitablemente siempre surjen en la relación con sus clientes. Quedarse sólo en
buenas palabras y evidenciar que no toman en cuenta la información que el
cliente facilita a la empresa para que los trámites concluyan
satisfactoriamente es una práctica que desemboca en clientes insatisfechos. Comprendo que soy
un caso aislado, pero también sé que el público potencial de un producto como
este no son las masas, y sinceramente, creo que se debería cuidar al cliente de
cara a futuras publicaciones.
Paso ahora a hablar del libro en sí, la otra cara de
la moneda de este análisis: Génesis reune reseñas de todos los juegos españoles comerciales de 8 bits. Tiene algo más de 350 páginas y no
adopta la estructura de un ensayo, sino que cada página está dedicada a un
videojuego diferente. Aunque algunas reseñas ocupan varias páginas, lo habitual
es que se dedique una por título. El contenido es por lo tanto breve pero va directo al grano. El espacio se aprovecha a la perfección, así que siempre
descubrirás un dato o una anécdota que no conocías. Más que un
libro “al uso” estamos ante una enciclopedia estructurada en fichas que puede
utilizarse como consulta o bien leerse del tirón. Se trata de un compendio muy exhaustivo, pues me he esforzado en buscar los juegos más desconocidos que pude recordar, y hasta el momento he hallado todos en sus páginas. El material utilizado, tanto en las tapas como las
hojas, es excelente, su tacto es agradable y no es de esos libros en que las
hojas están hechas con restos de papel de fumar, sino todo lo contrario. El uso
del color es muy acertado y contribuye a una lectura amena.
Los juegos están ordenados por año de lanzamiento,
abarcando todos los videojuegos españoles comerciales desde 1983 hasta 1992. Dentro de cada año se
ordenan alfabéticamente. Lo que echo de menos es un índice alfabético completo para
acceder rápidamente a un juego concreto, pues no siempre tiene uno claro en qué
año salió tal o cual programa.
Se aprecia un trabajo muy profundo de
documentación y un gran esfuerzo por obtener impresiones y vivencias de los
programadores y demás personal implicado en los juegos que componen esta obra.
¿A que conoces alguno de esos videojuegos en los que dices “venga, sólo una partida
más”, y cuando te quieres dar cuenta llevas 2 horas jugando? Pues así es
Génesis, un libro del que siempre quieres leer la página siguiente aunque te
hayas prometido que la que has terminado era la última por hoy.
Pienso que la compra de
Génesis merece la pena, pero eso sí, según mi experiencia personal os
desaconsejo adquirirlo a través de la editorial. Es mucho más recomendable ir a
una librería y escoger un ejemplar que se encuentre en buenas condiciones. Es
cierto que te quedas sin las pegatinas, pero no es menos cierto que yo también
me he quedado sin ellas. Me parece una lástima que en el análisis de un libro
haya tenido que dedicar más de la mitad del espacio a narrar una experiencia
insatisfactoria ajena al contenido de la obra que a hablar del libro en sí,
pero creo que los hechos lo requierían.
Por último, aprovecho para responder a la
inquietud de Sergio por si otros lectores se hacen la misma pregunta: no hay
planes de poner a disposición del público una edición digital de Génesis. ¿Qué
cómo lo sé si la editorial no llegó a responderme? Porque uno de los
autores, Pedja (quien por cierto escribe en la fantástica revista hermana Retromaniac) tuvo a bien decírmelo. Un cero para la editorial y un diez para el libro y sus autores.
Pues una pena la verdad, que un libro tan formidable deje una mancha tan grande en un lector, por culpa seguro de algún empleado torpe a la hora de gestionar este tipo de asuntos.
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