Finalizada la tercera edición de InterOcio, y contando con el bagaje que aporta haber asistido a todas ellas, vamos a compartir con vosotros las impresiones que nos ha dejado la feria. Han pasado ya algunos días desde la celebración de este encuentro anual celebrado en Madrid en torno a los juegos de mesa, juegos de rol, librojuegos y otras formas de ocio, así que hemos podido reflexionar acerca de lo vivido. Por cierto, al final de esta entrada os dejo un un resumen en vídeo para que veas el ambiente y todo lo que allí había.
Como resumen tenemos que decir que disfrutamos muchísimo de la feria, tanto en nuestra faceta de medio como en la de visitantes. Suponemos que todo lo relacionado con nuestra faceta de medio cubriendo la feria os interesa menos, pero es justo decir que la organización siempre puso todas las facilidades a nuestro alcance (incluso más de las que necesitábamos).
Pero vamos a lo que yo creo que os puede interesar más, y es nuestra experiencia personal en InterOcio 2024. Vaya por delante que es una suerte que en Madrid podamos contar con un evento de este tipo que va creciendo año a año. Desde aquellos inicios que la pandemia trató de frustrar sin éxito hasta hoy, año a año se ha notado algo que es digno de valorar: InterOcio aprende de la experiencia, pues con cada edición se aprecia el esfuerzo que se ha hecho durante todo el año a la hora de escuchar las críticas constructivas, aprender de ellas y aplicar soluciones y mejoras. Yendo al grano, este año hemos podido observar que se ha hecho un mejor aprovechamiento del espacio que el Pabellón 12 de IFEMA brindaba. Los puestos de las editoriales ocupaban la zona central, mientras que los torneos y charlas se celebraban en diferentes laterales, lo cual facilitó el trasiego de gente mientras evitaba la sensación de espacio vacío en los laterales del pabellón. También se mejoró la oferta culinaria. Lógicamente había colas, pero es que resulta que todo el mundo tiene "la manía" de comer a la hora de comer. Pude comprobar que tan solo una hora de margen suponía la diferencia entre esperar cola y prácticamente ser atendido al momento.
En cuanto a las editoriales, siempre habrá alguna ausencia, pero me ha llamado la atención el hecho de haber visto alguna extranjera por primera vez. ¡Ojalá en futuras ediciones esta excepción se convierta en costumbre y la feria ofrezca el plus de disfrutar de juegos que no han sido publicados en nuestro país! No queremos nombrar aquí ninguna editorial para no dejar a otras injustamente fuera del texto, pero si hay algo que se puede aplicar a todas ellas, y a las tiendas y demás expositores, es el excelente ambiente que reinó. Siempre había una sonrisa en cada persona a cargo de un puesto, a pesar del cansancio acumulado, porque creedme si os digo que sé por experiencia que estar tres días exponiendo en una feria es realmente agotador.
El sábado fue el día de mayor afluencia, pero aún así era relativamente sencillo moverse por la feria, mientas que tanto viernes como domingo resultaron mucho más cómodos, sobre todo si querías sentarte a jugar para probar las novedades más demandadas. En este sentido tenemos que decir que InterOcio este año ha cubierto muy bien la demanda de varios tipos de público: fue habitual ver grupos de jugones "culoduro" y familias con niños y niñas muy pequeños. ¡Todos tenían algo divertido que hacer en la feria!
Por todo ello, nuestra conclusión es que somos muy afortunados por tener una feria de juegos de mesa que va sumando ediciones, acumulando experiencia y haciendo las cosas despacio y bien, sin prisa pero sin pausa. Si sigue por este camino, ¿quién sabe si en unos años podremos hablar de un referente a nivel europeo? Desde luego mimbres y ganas hay, y por lo vivido en la feria, profesionalidad también. ¡Larga vida a InterOcio!